Imagen: Wilhan José Gomes wjgomes en Pixabay
Hoy en Colombia hay 82 pueblos indígenas y casi el mismo número de idiomas. Las personas indígenas en Colombia tienen una larga historia.
Desde la llegada de los españoles en el siglo XVI, los colonizadores convirtieron a los indígenas al catolicismo, los esclavizaron y los mataron. Además se presentaban los hechos de la invasión y expansión territorial. [añadir detalles]
Más tarde, los colonizadores temían perder el territorio colombiano. A mediados del siglo XIX, la tierra que era conocida como la Gran Colombia soportaba luchas de poder, y por causa de esas disputas fronterizas, Colombia y Venezuela decidieron en 1881 recurrir al arbitraje del Reino de España para definir las fronteras definitivas entre ambos países. Diez años después salió un laudo arbitral. Y el año siguiente, el presidente colombiano Carlos Holguín regaló a la reina de España un tesoro dorado recién descubierto en Quindío, el de los Quimbayas, junto con más de cien reliquias.
Supusieron que tenían que seguir expandiendo el territorio para no perderlo. Por ejemplo, en 1904 el ministro de Relaciones Exteriores explicó en una carta oficial que un viajero al valle amazónico había informado al gobierno que unos valles estaban en riesgo de caer ante otras fuerzas: el Putumayo a los peruanos, el alto Río Negro a los venezolanos, y Caquetá (el que en esa hora le parecía abandonado). (“Necesidad de intervención del Gobierno Colombiano en el Putumayo, Caquetá y Río Negro” (PDF), pp. 57-58). La vorágine, la novela escrita por José Eustasio Rivera en 1924, cuenta cómo los indígenas guahibos del Putumayo fueron esclavizados para extraer el caucho de los árboles para vender en los mercados en otros países.
Algunos efectos todavía se pueden ver hoy. Los cristianos exigieron que las mujeres indígenas llevaran blusas, y el crecimiento de tal machismo — junto con la esclavitud — resultó en prácticas como la ablación genital femenina, dice Dayana Urzúa Domicó, quien pertenece a una comunidad Embera. Tampoco el matrimonio de temprana edad era originalmente parte de la cultura Nasa (o Páez, en el Cauca), dice Alejandra Llano Quintero, que pertenece a una comunidad Nasa; más bien, el matrimonio fue una táctica para evitar que los colonizadores se llevaran a las niñas. [Entrevista de ambas en HemBRujaS por Claudia Palacios, 2019, pp. 507, 509.] Y España todavía tiene el Tesoro de los Quimbayas en el Museo de América a pesar de peticiones en el siglo XXI para repatriarlo.
Aunque todavía existen conflictos políticos que están relacionados con el legado del colonialismo, como dice Leopoldo Villar Borda, es posible que los colombianos compaginen “el orgullo que sienten por la herencia hispánica con el respeto que merecen los pueblos originarios”. Pero como ocurre con frecuencia cuando en una realidad pluricultural se evalúa su compleja historia, a menudo se siente tensión entre las simpatías, lealtades y metas de varios antepasados y la manera en que nos orientamos hoy. Esto involucra, como siempre, asuntos sobre la modernidad y el desarrollo que pueden entrar en conflicto con cosmogonías y paradigmas culturales. Ideas e identidades también pudieran haber evolucionado de manera diferente debido al tránsito del uso diverso de la lengua española y lenguas originarias del país.